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Zuleika Merced Nació en San Juan, Puerto Rico en 1950. Actualmente radica en Canovanas en lo que ella llama su montaña y su mundo, rodeada de las bellezas de la naturaleza, ya que ve el mar, el Yunque, el verde de sus montañas, su cielo y las estrellas. Curso grados secundarios en la Escuela Gabriela Mistral y luego un grado asociado en secretarial. El amor que siente por la poesía es inmenso y así escribe desde los 13 años; pero es ahora que por primera vez pone a la luz pública sus poemas. Sus inspiraciones son sólo versos que se derraman en su alma escribiéndole al amor, la ausencia, lo prohibido, los sueños, la amistad, la vida, la muerte y la ilusión. Su agradecimiento por los seres que han traspasado las fibras mas íntimas de su alma.

ARROPAME CON MI BANDERA


Cuando mi cuerpo muera arrópame con mi bandera
En el camposanto acuesta mi cuerpo inerte mirando al sol.
No me brindes por piedad ausente, una corona de flores.
Solo mi bandera, que con sus colores brindan suficiente amor.

Deja que mi cuerpo descanse en algún lejano monte.
Deja que los verdes verdes, se acuesten mirándolos yo.
Deja que la lluvia sutilmente bese siempre mi frente,
y el coquí me acompañe a mi tumba con su mejor canción.
Deja que aunque este muerta y aparente estar mi alma ausente,
deja que la montaña vierta en mi su llanto y su dolor.

Deja que mis luceros estén también en mi presente.
Este cielo mío que amo, su suelo Borincano de esplendor.
No quiero ver en tus ojos las lágrimas que se vierten,
prefiero la de mis montes, ríos las lágrimas de mis lagos.
Cuando muera no llores, arrópame con mi bandera.
Será en mi largo viaje, de todos será mi mejor regalo.

Perfuma mi cuerpo inerte con gardenias silvestres.
Y con flores de moriviví adorna, si quieres mis manos.
Para aún así cuando este muerta sienta que las estoy pisando.
Para abrirse nuevamente en otro cielo quizás esta vez más lejano,
y la neblina del Yunque me abrace y me esté esperando.
A derramarse en mí, luz de luna y de madrugada levantar el gallo.

Cuando me muera no llores. ¡Arrópame con mi bandera!
Mi cabello péinalo con las caricias suaves del árbol.
Y mi vestido sea las noches de ópalo de mi tierra,
mi almohada sea la playa para dormirme en sus brazos.
¡Arrópame con mi bandera! Será el sueño absoluto sacro-santo.
Que me acompañen, las palmas, los flamboyanes, los jíbaros del campo

¡Arrópame con mi bandera!
En las tardes hagan fiesta los cucubanos.
Apacible recuerdo cuando la arena y mi cuerpo con el mar se besan,
cuando la ola insiste siempre de nuevo y en la noche nos alejamos.
Como lloran en mis versos en la noche ardiente mis luceros
¡Arrópame con mi bandera!
Será el abrazo de todos los boricuas mis hermanos
Me quedaré en la poesía loca, de lluvia de mis versos amados.

¡Arrópame con mi bandera!
Cubre mi cuerpo con malojillo verde, verde.
Mirando siempre a mi cielo azul de mi tierra en el ocaso.
Cuando el mar ajeno en el horizonte se pierde y se duerme.
Donde en silencio las nubes cantan con los Ángeles, hermosos su canto.
Corona mi frente con amapolas, rosas, café y una danza de laureles.
¡Que se quede mi cuerpo al fin para siempre, en mi bendito suelo Borincano!



TU DOLOR, LO HAGO MIO


¿Sabes? sabes que tú dolor repentinamente lo hago mío
y están mis brazos siempre en la lejanía para abrazarte
Si tú, me olvidaste, en tu aparente absurdo inútil olvido
a mi se me olvido, sin querer la necesidad de olvidarte.

Si sientes que a tú alma,
de pena en vano la envuelve el frío
y el dolor es mustio distante, inquieto, inaguantable
y si lagrimas de tu dolor, se pierden ajenas al vacío,
las alejaré en silencio amor despacio, cualquier tarde.

¿Sabes? Sabes que tú dolor lo hago sin saber muy mío
la entrega no necesita jamás de nuevo a entregarse.
si el dolor entonces a tú alma, es cuál mar profundo
yo quiero ser solo la ola, en que tú dolor descanse.

Si tú dolor silencioso, sin saber lo hago tan mío
es que se me olvido, de verdad que tenía que olvidarte
Y aunque sientas, que tu dolor no tiene aparente alivio
quiero ser la nueva mañana, para tu dolor aliviarte.

Si tu me olvidaste en tu aparente absurdo inútil olvido
no tienes que llamarme, para solo estar y acompañarte
Solo esta vez, iré a ti como pájaro, sabe que está herido
para en mis alas tu dolor a mis inmensidades llevarme.

Si tú me olvidaste en tú aparente absurdo, inútil olvido
a mí se me olvido sin querer como nunca, a ti olvidarte
Quise darte el aliento del consuelo, el sentir muy mío
solo faltaba arrancarme el corazón, amor y te lo traje.



A ZUELIKA SE LE DURMIO EL PENSAMIENTO.


Hoy mis palabras se despertaron vagas, peleándose entre sí con el pensamiento.

Que no querían despertarse a la rutina diaria de las palabras y rimas ausentes, hoy que hoy que se besan con mis versos.

Hoy, seria tal vez la mañana, sería tal vez tantos recuerdos.
Pero mis palabras estaban apagadas en la profundidad de los sueños.
Creo que fueron los suspiros de los besos que se perdieron.
Quizás la rutina fue la que durmió hoy a mis atrevidos versos.
No sabía que querían mis malditos traviesos versos, estaban acostumbrados a la poesía loca sin remedios.
Despierten que la melancolía se apodera del recuerdo.

No sé si fueron las palabras que se ausentaron de mis versos, despierten les gritaba en la lejanía, furiosos los luceros.
La mañana que los obliga a escribir lo que pienso, creer no podía, lo que estaba ella viendo.
Se apresuró a la luna, a contarle en secreto.
¿Sabes Luna? que a Zuleika se le perdió el pensamiento.
¡Mentira! como loca saltaba la Luna, y entonces, ¿dónde yo me quedo? será que esta dormida, ¿crees? de escribir los te quiero.
El sol, que quieto observaba debajo, en silencio de un lucero, abrió de sus rayos la ventana, gritando como un loco, ¿qué rayos están diciendo?
Que a Zuleika se le durmió el pensamiento, te lo juro, me lo dijo la mañana, te lo juro ahora mismo, se lo está diciendo al viento.
El viento le grito al sol lo que la mañana decía, que era cierto.
Sí, decía el viento que lloraba en silencio silente, es cierto, a Zuleika esta mañana se le durmió el pensamiento.
Dice que está agotada de escribirle al recuerdo.

En eso pasa la lluvia, siempre espaciada en el tiempo, en el umbral ausente de los lamentos.
Acostumbrada a aparecer cuando le da la gana, por la ruta del silencio, no podía oír, con voz clara, lo que el viento le está diciendo.
Imposible desconsolada gritaba, que a Zuleika se le duerma el pensamiento.
Será que está cansada de escribir "los te quiero".
Si sabe que me derramo en los atardeceres del recuerdo.

Cada vez que a ella le da la gana, hago lo que le da la gana, cuando quiere que me bese con el viento.
Mentira, mentira! gritaba la lluvia asustada, no puedo creerlo!

Que a Zuleika esta mañana se le haya dormido el pensamiento.
Será que solo descansa en el mar de los recuerdos, (Dónde me quedaría yo) si me saca de sus versos? si siempre me derramo en su lluvia de recuerdos!.
La lluvia apresurada cae al mar llorando con el viento.
Le pregunta al mar, mar que sabes? ¿Dime? si es cierto.
Que a Zuleika está mañana se le ha dormido el pensamiento
¿Qué, dices mujer lluviosa? es solo que está durmiendo, por que tanto se alborotan, soy yo el que lo tengo.
Es que me he cansado de que me encierre en el baúl de sus recuerdos.

Siempre que se le antoja, me obliga a retirarme al mar de mis silencios.
Así que ve y dile lluvia, que yo tengo todos sus versos, que Zuleika solo esta descansando de tantos lamentos, pero que les prometo, tempranito que mañana, a Zuleika le devuelvo sus versos, solo si me promete estar en sus versos de nuevo.
Así la lluvia, presurosa se derrama en el arco iris, que estaba también, a solas, temiendo, que a Zuleika esta mañana se le duerma el pensamiento.
Y le dice con alboroto la lluvia, a todos riendo, hagamos fiesta de palabras, para despertarle el pensamiento, que hoy a Zuleika se le escaparon los versos, pero ya verán de nuevo mañana como yo, se los despierto, me lo ha prometido el mar, que va a devolvérselos.

Así que era cierto, a Zuleika esta mañana se le durmió el pensamiento.
Sí, sí era cierto, pero cuando se despierte estaremos todos en sus versos nuevos.
Así que Zuleika despiértate temprano mañana de ese sueño.
Que no se crean las palabras que se te olvidó el verso.
Que todos esperamos a besarnos, cuando lo quieras de nuevo, y si quieres, a ocultarnos en la letra de tus versos, para abrir las palabras tuyas del baúl de los recuerdos.
Pero no permitas nunca jamás, que se te duerma el pensamiento.
¿Dime? que harías Zuleika sola, sin la compañía de nosotros, tus versos.
¿Dónde derramarías tu alma? Dime volviéndote a solas, en sentimiento.



Distancia


Como siento el susurro de tu voz
cuando el viento acaricia a la lluvia
Tus ojos del día el triste anochecer
y tus labios que no besare nunca.

Oleaje que me arrastra al tormento
como estas ansias mías, tan absurdas
lloro sin querer lloro y sin querer loro
sin encontrarle lógica a mis preguntas.

Eres solo la ilusión que dormía
en el aposento de mi amor secreto
cuando creí triste, que ya tu no existía
despertaste en mi lo que creía ya muerto.

Como alejar este dulce sentimiento
es casi pretender que ya no estoy viva
abriré contigo el baúl de mis recuerdos
pasado el tiempo, volveré a ti cualquier día.

Quiero olvidar y olvidar no puedo
ladrón maldito divino, de mi agonía
cuando quiero besarte solo en sueños
lo impide la conciencia ajena, solo grita.

He de guardarte en el puente de los momentos
o quizás en el mar apacible de la rutina
o enterrarte en el infinito azul del cielo
o en el amanecer solitario que aun suspira.


Como quiere la Gitana.

Ironía alma mía,
soy gota transparente que se pierde.
ja,ja,ja, en la inmensidad de tu mar.

Eres grandeza, absoluta azules turquesas.
Que tú eres mucho, que soy yo poco.
¡Ay alma mía lo mismo me da!
Oscuridad rampante fondo de algas,
corales tus labios sin poderlos besar.
Eres tanta grandeza que lloras.

A veces lastimas, siendo sonoro.
vaivén que se agita cuando en retirada
en las noches de angustias te alejarás.
Silencio que en penumbra, tu solo trastoca
mis abrazos ardientes, fríos incoloros
que alma mía ya para ti no está.

¿Soy gota, tú? ¿tú? ja,ja, eres la inmensidad.
Gloriosa cantando mis alboradas,
ramillete de sentimientos.

Que se evaporarán como el rocío.
cuando se besa con su grama,
que en el suelo se tiende
en busca de los amoríos.

De aquellos los,
que en tu mar se
quedaron tristes pendientes
alborotados y en calma.
!Llora sin consuelo mi alma en agonía
por no saber que más hacer por detenerte
collares de besos, cubriéndote agua salada!

¡Ay dolor! que siendo doliente me quiebra el alma,
fondo de algas azules del cantar del corazón sombrío.
Cuando arden deseos en mi hoguera, que no se apagan.

¡Como si quererte no fuera bastante!
¡Cómo si soñarte, no quebrara mis palabras!
¿Que haré mar de mis suspiros?
Devuélveme a su playa,
Como gota, arena, tibieza del rocío.
si quieres conviérteme en algas,
¡que sí quererte no fue bastante desafío!
¡que sí no fueron mis besos la enramada!
¡que si quererte maldición no fue ni de noche!

Ni con el frío de las mañanas.
Quererte fueron más que gotas perdidas en tu poderío
¡fue mucho más allá del éxtasis de tu calma!
Que no fue ni de noche ni de día
que no fue por que tu grandeza
aparente, lejana que me atrapará.

Esos embrujos de amoríos
esos que se dicen ole
que se adueñan del alma.
y te envuelven los sentidos,
apretujándote las ganas.

¡Que si te quise, fue como a nadie he querido!
que si me entregue con furia
a tus olas en la madrugada
que siendo gota del rocío
y tú la grandeza de tus aguas.

¡Que si fui arena y fuiste playa!
Solo se que te he querido
alma mía como me ha dado
la gana.

Que te quise, bueno hombre
como quieren las gitanas.
¡Esas que se alborotan el pelo,
la que bailando, levantan sus faldas!
Que sí te he querido hombre,
Cómo la arena ¡maldición! quiere a su playa.
!que si me he revolcado en el fondo de tus aguas!
¡ha sido alma mía por que a mí me ha dado la gana!
que si me he perdido en tus amoríos
que me ahogue el mar
que se sequen toítas sus aguas.

Sí es hombre. ¿Que no te he querido?
atraviesa en mi pecho una espada
¡que si no te he querido! como tu has querido
por que se me ha antojado quererte,
como a mí me ha dado la gana
cierto, solo que te he querido como quieren.
¡Con el alma, las Gitanas!


Volveré a mi Tierra

Patria mía de mis amores
volveré, volveré, volveré
a tus playas de nácar
donde el cielo
besa a tus palmares
y la noche viste del ópalo
tu brillante traje
una y otra vez.

Donde la montaña
se besa a escondidas
en espesura del bosque
cuando la luz del día
se asoma en la distancia
bañando a mi tierra
de luz de plata
y corona de verdes
su manantial.

Donde el horizonte
se adueña del mar
azulado celestial
sol dorado
que va surcando
caminos en la espera
para poder regresar
a su bendito suelo
donde quiero
por siempre estar.

Patria mía de mis amores
adolece mi alma
alfombra es tu suelo
de perenne primavera
en murmullo
de tus noches
se preñan de flamboyanes
se visten de gala sus montes
cuál coqueta damisela
enamorada
del cielo y de tu mar.

Volveré a quedarme
en tus riberas
blanca gaviota
del sentimiento
emprende su vuelo
hacía mi tierra
despierta el pensamiento
en mágicos olores
de café, ron y cañaveral.

Lágrimas del recuerdo
se apoderan de mi alma
isla mía del mar y el sol
esperan por mi regreso
en abrazo mi montaña
algarabía del riachuelo
que saben como te quiero
desde la tierra lejana.

Isla mía, cuál madre amante
en mi ausencia solo un rezo
gritando a los cuatros vientos
hijo de mi tierra, distante
en suspiros de sueños
sé que volverás
esperando te esperaré
haremos fiesta
los cucubanos y el moriví
serenata de melodías
alegres del coquí.

Conozco tus sueños
aunque lejos estés
hoy de mí.
Volverás a quedarte
tu bandera será estandarte
cuando regreses
a tu bendito suelo
arroparte con tu bandera
y en alivio de gozo
donde sé quieres morir!

Viva mi patria
Mi Puerto Rico estás en mí
como sé que aunque ausente
me he quedado siempre en tí.


Arráncame la piel de tu piel a besos

Arráncame la piel de tu piel a besos
con la furia de tormenta acorralada
siempre el ocaso se duerme a lo lejos
despertando de la noche la alborada
aprisionando suspiros íntimos secretos
en desmayo inerte dolido una lágrima.

Corre, talla los contornos de mi cuerpo
con tus labios ve y moldéame la mirada
caricias nuevas bajando nubes del cielo
arden los deseos callados en llamarada
exploten gota a gota los suspiros muertos
atrápame desafíos nocturnos en tus aguas.

Arranca de mi boca los besos aún dormidos
extraviados sollozan alborotados y en calma
sean tus brazos mares en revuelo tranquilos
donde poco a poco aprisa arranques el alma
veredas cubiertas de miel sin final ni principio
quedando huellas en amoríos sobre tu playa.

Cierra mis ojos mirando lagunas del infinito
atrapa la pasión desbordándose en marejada
locuras convirtiendo van en brebaje el destino
empiezan los caminos que día a día no se acaban
quiebra uno a uno los inquietantes sentidos
se fueron quedando en sombras del mañana.

Arráncame la piel, entonces, vestiré el olvido,
de penas en quejidos adornadas de nostalgia
sepulta el recuerdo en ríos del recuerdo mismo
encarcela el pensamiento en burbujas rosadas
tendrás que arrancar de un solo beso mis labios
tu boca como tatuaje, impreso en la mía dejarás.

Después déjame vivir la gloría de tu infierno
sobre tu vientre abrojos arropando distancias
mis manos sin acariciarte morirían sin remedio
échalas al profundo mar donde tu mar aguarda
sequía recurrente el mar perdido de los te quiero
arráncame tu piel de mi piel con fuerza de batalla
se te olvidó de mi ser arrancarme el sentimiento
donde pasado el tiempo volverás a sentirme viva
en el recuerdo infame escondido de tu mirada.


No LLores Por Ella

No llores por ella, amigo
sé, cuánto te duele.

Lloran de penas
las perfidias.

Se secaron los rosales
están marchitos
sin su mirada
y su lozanía.

No llores por ella
Sé cuánto te duele
cuando con el alma
se quiere y se ha querido
Demonios, es por que,
tanto ha dólido,
secretamente.

Sabe a angustia,
negra y maldita.

Son cosas turbías
del destino
abrasando soledades
ímpias.

Que no se conmueven
de haber tanto amado.

No llores, ella será el olvido
que el recuerdo
mañana no quiere,
llorando recordando.

No llores
seca tus lágrimas
sigue el camino
que va hacia la ermita.

El amor es ingrato
dejando clavadas,
en el alma como puñales
rojas espinas.

Que sé como duelen
se desnudan las ilusiones
el amor no sabe de razones,
ni del desengaño.

Es gitana besando
a escondidas
los albores
destrozados.

Que le regalaras
sin prisa y con dolor.
dulce a veces
y otras veces amargo.

No llores por ella
sí se, ha marchado
tendra otros rumbos
su comprometido
corazón.

Cómo las olas del mar
que sin saber
solo van y viene
así es el sentimiento
cuando en besos
el alma
se ha derramado.

Es la corriente
arrópada de amor
regresando
sin querer
a su pasado,
donde siempre
se vuelve.

No llores por ella
amigo, sé lo que estás
sufriendo.

Con lágrimas en los ojos
en angustia también,
he bebido el trago amargo.

Creéme amigo, creéme
yo también he llorado
por un ingrato amor.

Que lo amé en delirios
y tristemente
no me amó
como se acallan
gritando los quejidos
como las lágrimas
deshojan
una flor.

Sé como duele
aún me estoy preguntado
si tanto, lo he amado
por que sin saberse
se ha marchado
de mi lado.

Tus lágrimas son las
que también he llorado
creéme sé como duele
es martirio que no aprende
que son cosas del amor
cuando se ha querido
tanto.

Que se quiere
solo, por que se quiere
ajeno del dolor
que seguira llegando.

No llores, amigo mío
si el amor te ha dejado
afuera
será por que quiere,
te refugies en otros brazos.

Aquí tienes los mios
lloraremos en olvido
pasajero
cuál lluvia de quejidos
por el bién de los dos.

Y demonios, maldita sea
por que duele y sigue
en alma sin razones
aún dóliendo tanto.


¡Ay, Dios! Que puedo decirle

Qué puedo Dios, por favor dime,que decirle
si es dolor que te va, lento, consumiendo
de tantos tristes y alegres, sus recuerdos
eran sus mañanas, donde distante
te miraste por vez primera.

Si era en su sangre su propia sangre
arropada con la frisa del sentimiento
ahora es martirio que tus entrañas arden
cuál fuego maldito, fuego maldito, negro!
llanto sobre las mejillas, rojas, caen y siguen
los sollozos descendiendo.

Cómo manantiales, demonios de lamentos
siguen cayendo, penas grises para desbordarse
de el dolor mísero que no, será pasajero.

Qué puedo decirte, si también hijos yo tengo
solo rezarle a tu desconsuelo, tan negro y triste.
Y a través del viento enviarte el dolor que siento.
¡Si, ay! Dios, hijos también yo, los tengo.
Que puedo decirle si es navío, errante, ondulantes
apretujando el pecho por los balcones del rezo.

Es ir abrazando a la queja en grito, dolido quejarte
¿Dios, qué puedo decirle? En dolor tan profundo y hondo.
Si era su sueño, amor cristalino diferente del querer
Era más que ser siendo uno mismo, un todo, un después
Que puedo decirte, que le de consuelo a tu alma
no hay palabras inventadas para las penas alejarte.

Si eran sus manitas rocío y niebla de tus madrugadas.
Boquita de roja filigrana que tanto en tus desvelos
cuál ángel bajado del cielo, la tuya besara.
Que puedo decirte, en el coraje doliente de mis lágrimas.

¡Ay, Dios! envíale mi corazón destrozado para abrazarme
a las inmensidades obscuras y radiantes del mismo dolor,
sin morirse el cobarde.

Que la lluvia del desconsuelo, sea consuelo cayendo
desvaneciendo del tormento las nubes del aire.
Donde en agonías contritas le siguen meciendo
en el dolor tan inmenso que a una madre, le taladre.

¡Ay, Dios mío! que puedo decirle, si ya no tengo versos
ni palabras en mi alma, que a la suya vaya y la abracen
solo, qué he hecho mío en desespero, su propio dolor
son mis versos llorando a través del tiempo sinceramente

Que puedo decirle, Si yo también, hijos los tengo
Que me moriría si los perdiera, estaría yo, ausente
No habría consuelo no habrían nubes en mi cielo
sería solo la lágrima triste cayéndose al suelo
y nuevamente la solitaria lágrima rueda.

Hacía las ausencias de las palabras en bruma delirante
que podría decirle, no hay alivio, ni pena, tan grande,
el de una lágrima desmayada en los ojos de una madre.

Ay Dios que puedo decirle si también yo hijos los tengo!
Rezaré una plegaría en el rosario, negro, infame
¿Por qué? No le permitiste al menos
Dios mío, que ella en desafíos se despidiera.

estando la madre en locura casi delirante y muerta
pasándole la mano a su hijo(a) en su cabellera.
Al menos ella hubiera bendecido a su hijo(a) querido,
de su corazón.
En mi rebeldía solo te pido envíes palomas, blancas,
mensajeras.

Así ella enajenada sepa, a su hijo, en tus amorosos brazos
que miseria se muere ya de angustia mi propio llanto
una corona de besos tejidos sobre los suspiros que mueren
ella dejará de laureles, amargamente, en la frente de su hijo.

Ay Dios! se anida un nudo negro en mi garganta, llorando
hasta la alborada, Ay Dios, si también yo, tengo mis hijos.
Cómo en angustia ingrata crees, que el dolor de una madre
no me partiría el alma en dos, solo sé qué la queja se queja
solo en la mirada abrazándose a la distancia, viéndose
en el espacio toda la amargura que por ella estoy sintiendo.

Ay Dios no le diré ya nada, si tengo los hijos de mi alma,
igual que ella me moriría, sin consuelo, créeme en rebeldía
Dios en tinieblas mi vida día a día en tristeza se perdería
si tengo hijos, yo también gritando en agonía, Dios hijos yo tengo!


Te dejo libre

Te dejo libre,
encadenado, a mi alma
cómo la lágrima al sollozo
cómo la tormenta a la calma.

Te dejo libre,
cuál navío, errante, sin ancla
para que navegues otros puertos
regresando a mi playa.

En libertades te dejo
cómo la lluvia, cayendo, clara
para bañarte de amor, el cuerpo
y seas el rocío sobre mi grama.

Te dejo libre
sin culpas, ajenas, extraviadas
conquistando nuevos albores
en juntilla del mañana
Donde el viento solo me nombre
en remolinos de arena blanca.

Te dejo libre
tan libre como libre el águila
vayas surcando otros cielos
azuloso, del azul se engalanan
marcando los verdes, senderos
que a mis brazos te traigan.

Te dejo libre
libre de mis amores, libre
sin escudos, ausente de murallas
donde cantan los ruiseñores
angelicales en antojos, plegarías.

Te dejo libre
de tantas promesas falsas
realidades escondidas se asomen
en desnudez, infiel y diáfana.

Para colmarte de mis noches
cuando tus días le faltan,
las estrellas parpadeantes
sin la luz de mi mirada
donde se acalla el silencio
gritando deseos sordos, de ansias.

Te dejo libre
se me olvido, que ya no estabas
sobre mi inquietante pecho
fuego y pasión en llamarada.

Te dejo libre
encadenado en mis secretos
moribundo de besos y mañanas
más allá del mismo tiempo
cuál lucero colgante de plata
donde va naciendo el universo
donde antes de ti, no había nada.

Te dejo libre
en las inmensidades absoluta
doliente, prisioneras del alma.

Donde lloran los desvelos
recordando aquellos besos
que en mi boca, los tatuaras.!

Amor de Otoño

Se tiñe mi cabellera de matices otoñales;
suspirando el alma el último abrazo
quedado en los jardines extraviados,
sólo por si acaso regresan primaverales,
encuentros de huellas sobre la piel.

Cautiva la noche lentejuelas de ocasos,
durmientes las estrellas a mis pies,
te sigo amando a través de los años,
amante en concubinato del después.

Se tiñe la espera del desespero, esperando
la lluvia mañanera se tienda sobre mi frente
aprisionando las nubes hoy del pasado;
caminos antes andados en sequías verdes,
dolientes reflejos de tristes amaneceres;
eres sombra del sueño, que aún soñado
tus besos como enredadera aún prefiere
ahogando el sentir moribundo del tiempo
cae la cortina negra desgarrada del cielo
dejando entrever la suplica del lamento
de este amor caminado a ciegas en la mente.

En rezos incoherentes del tierno sueño
pidiéndole a la vida que a mí regreses.

Surge la blanquidez de la luna traidora
sobre los ventanales olvidados del recuerdo,
se abre la puerta detenida en las horas,
juvenil la pasión se desnuda de sus atuendos; la vejez,
salpicando lineales rutas arrugadas del cuerpo,
donde el amor se viste de entregas, el alma
sin edad, sin miradas que acribillan los deseos,
quererte fue vida para mi vida, alas enamoradas
surcando en libertades absolutas el pensamiento
como caen los luceros en amoríos del desvelo
quererte en otoñal encuentro donde todo se da,
donde quererte mucho siempre resultaría menos.

Se tiñe de blanca soledad errante impía mis cabellos,
aún guardo el collar de besos, vivientes en mi memoria;
poco a poco igual que ellos me perdí en tu historia,
abrazo en juntilla del ser, pasionales tardes de encuentros,
tiempo que no se detiene, telarañas del sentir, alma mía
tejiendo a obscuras fantasías sobre el reloj olvidado,
amor de otoño en juvenil encuentro, se volverá a entregar
por los parajes solitarios que aún no hemos del todo andado
donde en sueños prohibidos volveremos en secretíos, a andar;
en nuestros otoñales divinos primaverales años!

Por: Zuleika Merced

©Derechos Reservados 1999-2003

Para escribir a Zuleika: zuleika1@coqui.net

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