HIPOTIROIDISMO Y EMBARAZO






INTRODUCCION
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Un embarazo en una mujer hipotiroidea que está siguiendo su tratamiento de forma ordenada y correcta no supone ningún problema. Habrá probablemente que subir un poco la dosis de L-Tiroxina porque ya hemos dicho en el apartado anterior (que debe de leerse) que en el embarazo hay un mayor requerimiento de tiroxina, después lo comentaremos con mayor amplitud. El problema surge en el embarazo en una mujer que desconoce que es hipotiroidea. Y el problema es que esto puede ser más frecuente de lo que se viene estimando, ya que actualmente se están diagnosticando muchos casos de Hipotiroidismo Subclínico, que antes pasaban desapercibidos al no disponerse de valoraciones analíticas tan sensibles como las actuales, sobre todo de la TSH.

Vamos a valorar por este motivo con cierto detenimiento este problema.

Detección y Diagnóstico del Hipotiroidismo Durante el Embarazo.- Consideraciones Terapeuticas.

En otros capítulos hemos comentado que la Tiroiditis Inmunitaria Evolutiva es el origen del Hipotiroidismo. Y la Tiroiditis Inmunitaria es mas frecuente de lo que se cree en personas jóvenes.

Al principio de este capítulo hemos comentado que durante el embarazo se exige al tiroides un sobreesfuerzo que puede ser de hasta un 50 %. Un tiroides que se encuentra en condiciones deficitarias y va a ser sometido a una mayor demanda de hormonas, va a acelerar su deterioro. Quizá lo que ahora llamamos Tiroiditis Inmunitaria Postpartum sea la consecuencia de un tiroides, que no estaba previamente bien, que se ha visto muy forzado durante el embarazo y acaba fallando de una forma ya evidente en los meses que siguen al parto.

Esta justificado, por tanto, realizar un estudio sistemático (screening) de todas las mujeres embarazadas para investigar la posible existencia de una Tiroiditis Inmunitaria y de un Hipotiroidismo.

En la práctica es imposible realizar un diagnóstico del hipotiroidismo en el embarazo por los datos clínicos: los síntomas y signos que pueden ayudar a diagnosticar un hipotiroidismo, cansancio aumento e peso, etc., se confunden con las molestias del propio embarazo. El diagnóstico ha de hacerse, por tanto con las pruebas de laboratorio y la ecografía.

Entre las pruebas analíticas que se solicitan a la gestante en su primera visita al ginecólogo/a debe de incluirse T4-Libre, TSH y Anticuerpos Antitiroideos anti-TPO.

Al realizar estas pruebas podemos encontrarnos con varias posibilidades:

1º )T4-Libre normal, TSH normal y Anticuerpos anti-TPO negativos. Es un tiroides rigurosamente normal. Olvidarse del tiroides. Suplemento de yodo durante el embarazo empezando desde su inicio.

2º )T4-L normal, TSH en situación límite (entre 2.0 y 3.5 uU/ml), Ant. Anti-TPO normales. Si es durante el primer trimestre es muy probable que se trate de un "Falso Hipertiroidismo del Primer Trimestre por Gonatropina Coriónica". Se mantienen controles de T4L y TSH en las analíticas que se vayan realizando.

3º)T4-L normal, TSH normal o en situación límite ( 2.0-3.5 uU/ml) y Anticuerpos anti-TPO elevados. Hay una Tiroiditis Inmunitaria en evolución. Ese tiroides tiene problemas y hay que protegerlo. Tratamiento suave con L-Tiroxina.

4º)T4-L normal, TSH en situación de "alarma" (3.5 – 7.0 uU/ml). Hay un posible Hipotiroidismo Subclínico. No importa como estén los Anticuerpos anti-TPO (ya dijimos que en procesos antiguos y de evolución larga pueden negativizarse). El caso tienen ya que llevarlo conjuntamente el ginecólogo/a con el endocrinólogo/a. Puede ser útil una ecografía (tiroides de baja ecogenicidad) o una ecografía doppler-color (tiroides de baja ecogenicidad y con aumento de vascularización). Tratamiento con L-Tiroxina.

5º)T4-L normal o baja, TSH alta ( >7.0 uU/ml). Hay un Hipotiroidismo. Actúan conjuntamente el ginecólogo/a y el endocrinólogo/a. Complementar el estudio con ecografía convencional o doppler-color. Tratamiento con L-Tiroxina

Consideraciones terapeúticas en embarazo con hipotiroidismo conocido y en tratamiento.-

Si en el embarazo aumenta la demanda de tiroxina en un 30 – 50 % , lógicamente habrá que aumentas suavemente y de forma progresiva la dosis de mantenimiento. Esta labor es competencia del endocrinólogo que estaba llevando a la paciente. Después el parto la dosis puede reducirse a su nivel habitual de compensación.

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Teo F. Atienza